domingo, 25 de abril de 2010

Estoy en Cancún...

Y por ello desaparecí un tiempo del blog. La razón principal de mi estadía aquí (llevo ya 26 días por acá) es cuestión de trabajo. Aunque debo confesar que era un viaje que necesitaba con urgencia. Deseaba escapar de la monotonía que me resultaba ya Tuxtla Gutiérrez. Me estaba ahogando con el aburrimiento que llegó a representarme mi ciudad los últimos meses. Sé que no es culpa de nadie, que cada uno decide su dinámica de vida, sus actividades cotidianas y demás. Es sólo que a pesar de algunas cosas que disfruto hacer por allá, una rutina un tanto gris me rebalsó y llegó a cansarme. De la casa a la oficina, salida a comer, de vuelta a trabajar y de la oficina a la casa nuevamente. Las opciones de entretenimiento las mismas de siempre: cine, botanero, antro los jueves y sábados por la noche, un café con quién pueda, etc. Dije "con quien pueda" porque por lo general los amigos andan ocupados con sus vidas de familia (los que ya tienen hijos) o de pareja. Creo que soy de los pocos solteros de mi generación. Y bueno, cada quien en su dinámica está bien, es entendible, pero el coincidir para verse y charlar y volver a los lugares comunes que al menos a mi me sofocaron, no más. No para mí por un tiempo. En fin... así fue que tomé la decisión de pedir mi "cambio de base" -ya que tenemos oficinas en Cancún- y heme aquí. Disfrutando de la soledad en el departamento que alquila la empresa para la cual trabajo. Gozando con el mar, con la playa, con los sonidos de ambos... disfrutando amaneceres distintos, de un buen libro en el camastro allá afuera, de una cerveza en el muelle por las noches, de caminar por el boulevard lleno de palmeras cuando salgo a hacer ejercicio, de mí mismo y mi silencio y mis ideas o pensamientos. Y vaya, hasta de mi nostalgia y por supuesto del trabajo, que ahora adquiere nuevos matices puesto que no es lo mismo estar encerrado en una oficina llena de humo de cigarro en la ciudad, que trabajar aquí con la vista que tengo a mi izquierda si me asomo hacia la puerta de vidrio que me deja salir a la playa. La comparto aquí con ustedes:



Así es, a pesar de tener oficinas en la ciudad de Cancún, gracias a que todo lo hago con una compu e internet, pude hacer del depa mi espacio de trabajo temporal, y pues sí, estoy como en un paraíso. Con un maravilloso paisaje todos los días (turistas incluídas por el hotel de aquí junto jeje). Y aprovechando los fines de semana para nadar en el mar o en la alberca, o para agarrar mi auto y conducir hacia paraísos vecinos como Playa del Carmen y Cozumel (en la foto de abajo, una vista desde un restaurante en una pequeña colina justo del otro lado de la isla de Cozumel... el lado no tan turístico por así decirle). Por eso mi ausencia amigos. Porque estar aquí, tan lleno de mar, de sol, de playa y de silencios constantes, me ha permitido disfrutarme de nuevo y cuestionarme decenas de cosas y plantearme proyectos nuevos, personales y profesionales. Porque sigo en mi espiral ascendente, sigo con ese deseo permanente de crecer y gozar al mismo tiempo mi presente. De conocerme y reinventarme siempre, de vivir. Sigo entonces gozando cada instante y maravillándome con los más simples y pequeños detalles, como ver salir el sol un martes cualquiera o escuchar mientras me siento afuera, el chapoteo de las pequeñas olas del mar que descansan de su travesía en la orilla que me queda apenas a 30 pasos del depa. Esos sonidos o momentos que para muchos pasan inadvertidos o que para otros pueden ser intrascendentes, son para este Intra - ascendente instantes envueltos como regalo... un espectáculo cotidiano sin igual. De verdad aquí la cotidianidad es diferente, es simplemente un verdadero presente.


Así que como leí una vez por ahí, en una página en internet: "La vida puede que no sea la fiesta que esperábamos, pero ya que estamos aquí, nos conviene animarnos a bailar"


Que es justo lo que estoy haciendo: ¡Bailando! al compás del tic-tac de mi reloj, que más que tétrico le he encontrado el sonido de una especie de nota musical, un Sí bemol que me pone a bailar porque seguro en un momento se detendrá... pero mientras ese momento no llegue... Señoras y señores! a bailaaar se ha dicho!

-En la última foto, un amanecer de esos de un martes cualquiera-

;-)

2 comentarios:

  1. Carlos, que gusto leerte por aqui, hace mas de un mes que me quede sin MSN :s y me da mucho gusto encontrarte feliz disfrutando del maravilloso planeta en el que nos toco vivir, desintoxicando un poco del humo de cigarro (entre otras cosas) jaja gracias por los cuestionamientos, me hacen recordar lo necesario de los suenios y la importancia de no despegar los pies de la tierra... :) te mando un abrazo y mis mejores deseos que todo siga llendo de maravilla! saludos Tere V

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  2. Tere! Que gusto leerte por aquí. No sé si regreses a este rincón de mi blog, pero por si sí, te dejo por igual saludos y un abrazo gigante. Y sí, siempre gozando el milagro de la vida y las bondades del mundo. Espero que tú estés muy bien y que los proyectos personales y profesionales vayan marchando viento en popa! Un beso Tere V. Nos comunicamos por otras vías en un futuro ;-)

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